lunes, 27 de marzo de 2017

La fuente más bella de la ciudad de México...

Construída hacia 1738 como parte del acueducto de Santa Fe, se ubicaba en donde doblaba el Acueducto que traía agua desde Chapultepec por la Calzada de la Veronica (hoy en día Circuito interior Melchor Ocampo) hasta la Ciudad de México, es decir, se ubicaba entre las colonias Santa María la Ribera y San Rafael, a la altura del cruce de Circuito Interior y la Calzada México-Tacuba.
Los orígenes de este acueducto se remontan a tiempos del Huei Tlatoani Moctezuma I quien, asistido por el gran Nezahualcóyotl llevó agua dulce al islote donde los mexicanos habitaban luego de haber rendido al Imperio Tepaneca, destruyendo su capital, la antigua Azcapotzalco.

Durante la Guerra de Conquista, una de las cartas que jugó Cortés para acelerar el asedio a la capital mexica fue cortar sus fuentes de suministro de agua. Una táctica que en la practicidad no resultó tan efectiva puesto que el asedio final a Tenochtitlan duró de Mayo a Agosto de 1521.
 
Este acueducto de Santa Fe o también conocido como de San Cosme comenzaba en las faldas del cerro de Chapultepec y culminaba en una fuente sobriamente decorada ubicada detrás del Convento de Santa Isabel, conocida como "de la Mariscala" esto es en lo que hoy en día es la parte posterior del Palacio de Bellas Artes.

Imagen de la fuente de la Mariscala tal y como aparece en el álbum de acuarelas México Pintoresco de 1855
Hacia principios del siglo XIX se comenzaron a remplazar los caños de barro del acueducto por otros de metal fundido subterráneos que aguantaban mayor presión de manera que el acueducto quedó inutilizado y hacia 1866 comenzó su demolición sin embargo sus fuentes aún permanecieron durante algunos años más, incluída la de la Tlaxpana.

Por fortuna la fuente de la Tlaxpana era de una belleza tal que diversos artistas de su época la hicieron el objeto de sus obras y así es que su belleza aún puede ser admirada.
Acuarela del templo de San Juan de dios del mismo libro que la anterior, las lozas a mitad de la calle son los restos de los  arranques de los arcos del acueducto de Santa Fe que ya se había desmantelado para ese entonces.

Su temática era completamente barroca, daba la ligera impresión de ser un retablo de dos cuerpos dividido en tres calles por columnas estípites de una belleza que no había visto, sin embargo, en lugar de ser habitado por santos y mártires eran músicos los que ocupaban los nichos, el ático tenía el escudo de la Muy Noble y Muy Leal Ciudad de México custodiado por ángeles músicos, un símbolo hoy en día tan nacional como lo es el escudo del ágila sobre el nopal en algo tan virreinal como lo es la fuente de agua de un acueducto ahora inexistente le quita el peso al tiempo, lo mezcla con nuestra actualidad y le da sentido a la frase "un país sin pasado es un país sin futuro.

Lamentablemente esta fuente no vió el amanecer del siglo XX pues en 1899 fue finalmente demolida.

Dibujo tomado de un cuaderno de 1738 que describe las pagas de los operarios que intervinieron en la fábrica de esta fuente y su arquería.

viernes, 24 de marzo de 2017

El espacio más antiguo de la Catedral

Una Sacristía es un cuarto en la iglesia o anexo a ella, donde se guardan las vestimentas, ornamentos y artículos similares, los vasos sagrados y otros tesoros, y donde se reúne el clero para vestirse para las diversas ceremonias eclesiásticas.

La sacristía no se bendice ni se consagra junto con la iglesia, y por lo tanto, no se considera como un lugar sagrado en el sentido canónico. Sin embargo, excepto en casos merecedores de penas, disfruta de las mismas prerrogativas que la iglesia.

Es el espacio más antiguo de la catedral metropolitana de la ciudad de México. En 1626, al ordenar el virrey Rodrigo Pacheco y Osorio,  la demolición del antiguo templo, es decir, el que mandó a construir Cortés, la Sacristía funcionó como el lugar donde se celebraban los oficios.

En el interior se pueden admirar enormes cuadros de los afamados pintores Cristóbal de Villalpando y Juan Correa. 

No se cuenta aún con la suficiente documentación para poder imaginarnos la decoración interior que presentaba en el siglo XVII sin embargo los muebles que hoy alberga son del último tercio del siglo XVIII: armarios y cajoneras en madera de bálsamo.


Juan de Viera en su libro Breve y compendiosa narración de la ciudad de México, comenta que en las cabeceras de la Sacristía había “dos mesas de caoba de China, negras como azabache, donde se ponen los cálices preparados para el sacrificio, siendo sus tableros de una pieza de dos varas de ancho y dos y medio de largo”. 

Y continúa señalando que la “caxonera” es de maderas “exquisitíssimas de palo de Saongolica y otros, con sus cerrajes dorados y repartidos a proporción, alacenas con puertas de la misma madera... y en la circunferencia... junto a los caxones distantes dos varas, sillas de brazos de la misma caoba”. Dichas cajoneras fueron alteradas en fecha reciente debido, al parecer, a problemas de funcionamiento.

Hoy en día es posible deleitar los sentidos e ingresar a ella por menos de $20.00 MXN. La experiencia es una delicia, hueles los aceites de las maderas, el polvo sobre las pinturas, la piedra fría de las nervaduras góticas del techo, puedes perderte en los rostros delicadamente pintados por artistas de fama infinita. 

Cuando vayan, cuéntenme qué tanto se enamoraron de este lugar. Aparte, por lo que he visto, casi nadie entra.

jueves, 23 de marzo de 2017

Bañarse en la sangre de Cópil...

Hay quienes dicen que es una de las aguas más beneficiosas para la salud, al menos, se sabe con seguridad que entre los adeptos a bañarse en las aguas de este manantial se cuentan el emperador Nezahualcóyotl, Moctezuma II, Hernán Cortés, Maximiliano I de México y la emperatriz Carlota, hasta Porfirio Díaz, hablamos de los Baños del Peñón.

Vista frontal de la capilla del siglo XVIII que alberga un hermoso retablo dedicado a la Virgen de Guadalupe.


Mitológicamente hablando, los orígenes de este manantial están manchados de sangre y venganza:

Durante la gran peregrinación de los aztecas Malinalxóchitl, la hermana hechicera del dios Huitzilopochtli, se recreaba ejerciendo su poder sobrenatural sobre los demás miembros de la peregrinación obligándolos a actuar en contra de su voluntad y la moral a través de sus artes obscuras. Los aztecas, cansados de las injurias provocadas por la hechicera decidieron en secreto abandonarla y continuar la búsqueda del lugar prometido para establecerse sin la perjudicial presencia de la bruja Malinalxóchitl.

Una noche, mientras la hechicera dormía profundamente junto a aquellos que la seguían y procuraban, los demás tomaron sus pertenencias y continuaron la marcha en la obscuridad. Al día siguiente, al despertar Malinalxóchitl y darse cuenta de la afrenta de los aztecas juró a los cielos que se vengaría y arruinaría a cada uno y su descendencia.

En su vagar sin rumbo un día llegó junto con su séquito a Malinalco, lugar fértil y próspero cuyo rey cayó velozmente rendido ante sus obscuras artes seductoras, el rey la tomó por esposa y al poco tiempo tuvieron un hijo, Cópil y a él transmitió su odio por los aztecas y lo crió para ser un valiente y fuerte guerrero, cuyo único objetivo era la ruina de aquellos que abandonaron a su madre; su hijo sería el instrumento de su venganza.

Al cabo de algunos años, Malinalco había forjado un ejército numeroso y sediento de sangre que, bajo la autoridad de Cópil se dirigió al lago de Texcoco donde se sabía que los aztecas habían llegado, aún sin fundar una ciudad.

La guerra fué cruenta y la victoria se inclinaba a uno y otro bando hasta que la batalla final tomó lugar. Cópil, dispuesto a asesinar a su tío Huitzilopochtli peleó con todo su odio en la cima de un cerro en medio del lago de Texcoco sin embargo la fuerza del dios de los aztecas resultó ser superior y de un tajo Huitzilopochtli le cortó la cabeza a su sobrino, el borbotón de sangre que manó del cuello de Cópil no se detuvo y aún más, acrecentaba, agua caliente empezó a brotar debajo del cuerpo decapitado y nunca dejó de manar hasta la fecha. El nombre de este manantial es Acopilco.

Luego de cortarle la cabeza, Huitzilopochtli le arrancó el corazón y lo arrojó a un islote en el lago, ahí donde cayó, años después nacería un nopal sobre cuyas pencas los aztecas verían la señal que su dios les dió para fundar su ciudad capital.

Batalla final entre Huitzilopochtli y Cópil


A pesar de parecer increíble, aún hoy en día los Baños del Peñón dan servicio. Por $200.00 MXN se tiene acceso a una habitación privada donde se recolecta agua del manantial en una tina de mármol.

Asi te reciben en la estancia donde se toma el baño.
Se afirma que las propiedades minerales del agua ayudan mucho a recuperarse de enfermedades respiratorias, de la piel, dolores musculares e incluso depresión, debido a su concentración de Litio.
Análisis de 1962 donde constan los minerares que componen el agua del Peñón.

La zona, evidentemente ha cambiado muchísimo con el tiempo, como toda la ciudad, sin embargo es definitivamente un lugar que vale la pena conocer, tanto porque en esas aguas se bañaron personajes de la talla de Nezahualcóyotl y Maximiliano como porque es el único manantial termal que queda en la ciudad de México.

Para llegar a los baños, ésta es la dirección: Blvd. Puerto Aéreo 465, Colonia Peñón de los Baños
Teléfono:01 55 5571 2870




lunes, 20 de marzo de 2017

La primera mastectomía en América ocurrió en Nueva España

Quién se hubiera imaginado que el honor de ser una de las naciones líderes en medicina durante el siglo XVIII lo ostentaba la Nueva España, la prueba de esto nos llega a través de un hermoso exvoto.

Los exvotos son coloridos y artísticos testigos del agradecimiento de un devoto por haber recibido mercedes a través de la fe y la oración.

En Nueva España, así como en la mayor parte de la Cristiandad, los exvotos fueron una recurrida expresión artística que hoy en día nos permite vislumbrar la vida cotidiana en tiempos del virreinato puesto que a través de la talla de madera, del repujado en plata o, más comunmente, del óleo sobre tela o madera; los agradecidos habitantes de Nueva España solicitaban al artista que describiera lo más fielmente posible el accidente, problema o avería que sufrieron y del cual fueron socorridos.



Se sabe que el cáncer es una enfermedad que afecta a la humanidad desde tiempos inmemoriales, de hecho, de acuerdo a National Geographic el fósil humano más antiguo con rastros de cáncer tiene una edad de al menos 1.7 millones de años. No es de sorprender que semejante mal acosara también a la población novohispana.

Un claro ejemplo de esto lo podemos admirar en el que es considerado el primer caso de una Mastectomía en la América, y sí, ocurrió en México antes que en otra nación americana.

Era el viernes 25 de Abril del año 1777 en la ciudad de Aguascalientes y la paciente se llamaba Doña Josefa Peres Maldonado, originaria de Cuquío, Jalisco y ella se convertiría en la primer paciente de Mastectomía en el continente americano.

Hacía un mes que habían concluído las celebraciones de Pascuas y Semana Santa, y Doña Josefa; quien venía presentando los signos inequívocos de tumores de cancro en los pechos, sabía que tenía que someterse al procedimiento que el doctor recomendó como única vía de cura. El nombre del doctor era Pedro Maillé, quien fue asistido por los frailes del hospital de San Juan de Dios durante tan delicado procedimiento.

Hay que recordar que en esa época aún no se tenía certeza sobre la necesidad de la higiene al efectuar procedimientos médicos y la taza de mortalidad, incluso con los barberos; era muy alta debido a las infecciones y la incapacidad para combatirlas con antibióticos, sin embargo; Doña Josefa sobrevivió al procedimiento quirúrgico, pues para el 25 de Julio del mismo año "su llaga ya había sanado".

A pesar del éxito de la operación, Doña Josefa no llegaría a ver el año de 1778 pues, como lo indica el mismo exvoto, murió el 9 de Septiembre debido a "otros accidentes que le acaecieron" lo que nos aclara dos  cosas:

1.- Que el exvoto es una obra post-mortem pues en la misma pieza se indica la fecha de su muerte

2.- Que no murió por causas de la operación pues asegura su curación en Julio de ese año, es decir tres meses después de haberse realizado la mastectomía, aparte de que el mismo exvoto indica que murió debido "a otros accidentes que le acaecieron"

En lo que respecta a la pieza se sabe que formó parte de la colección de Diego Rivera y que hoy forma parte del Davis Museum and Cultural Center de Massachusetts, Estados Unidos.

Aquí la pieza:


El texto íntegro del exvoto dice así:

“Este monumento de gratitud ofrece Da. Josefa Peres Maldonado al SSmo. Christo de el Encino, Venerado en su Iga. de Triana. y ala SSma. Vírgen María de el Pueblo, para perpetua memoria del Beneficio, que reconoce a su piedad, en la operación, que se le hizo el día 29 de Abril de 1777 as. por el Cirujano Dn. Pedro Maillé; cortándole el pecho con seis tumores de Cancro, que tenía en el, en precencia de los Sres. y Sras. Que se manifiestan en el presente lienso. Habiendo cerrado perfectamente la llaga el día 25 de Julio de 1777 le sobrevinieron otros accidentes de los que murió el día 9 de 7ore. Biernes a las tres de la tarde con señales claras de el Patrocinio de esta Sagrada imagen y de su Salvación”.


La información sobre este exvoto y su historia fue dada a conocer en 2014 por el investigador Xavier A. López y de la Peña, miembro de la Asociación de Historia y Filosofía de la Medicina del estado de  Aguascalientes, en el texto “Primera mastectomía en América por cáncer de mama: Aguascalientes, México, 1777”, publicado en la Gaceta Médica de México (Vol. 150, No. 5, año 2014)

Fuente: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/25275850

Un bosque de negro de humo


Hace casi quinientos años un grupo de indígenas dirigidos por frailes agustinos, lograron, apenas veinte años después de caída la capital azteca; captar la belleza de la naturaleza novohispana con sus pinceles.

Llegar Malinalco no representa ningún problema, incluso si no tienes auto propio ya que en la Central de Autobuses de Observatorio salen cada hora camiones rumbo a Tenancingo y de ahí tomas un taxi colectivo que en 20 minutos te deja en el centro del pueblo.

Lo primero que llama la atención de los sentidos al llegar al pueblo es la abundante vegetación y el sabroso calor que hace a  uno olvidar la ciudad. Se antoja una nieve pero al caminar por la calle principal y ver la abundancia de puestos de comida, frutas y artesanías, uno se distrae fácilmente.

Éste pueblo tiene una historia sumamente atractiva que data de tiempos previos al imperio azteca, pero esa historia y su relación con el Peñón de los Baños, en la delegación Venustiano Carranza, la contaré en otro artículo.

Malinalco resulta atractivo para Patrimonio Virreinal Mexicano por incontables razones, pero entre las principales se encuentran: 1) la zona arqueológica con construcciones precolombinas de suma importancia ritual y estratégica para los aztecas y 2) los murales del claustro bajo del Convento de la Transfiguración.

En esta ocasión nos enfocaremos únicamente en lo segundo, es decir, los murales.

Mariposas libando el néctar de una flor


El susodicho templo se encuentra justo en el centro del pueblo por lo que ingresar no representa ningún problema.

El Convento fue fundado en 1540 por frailes agustinos, en él, trabajaron indígenas para su construcción apoyados siempre por el sustento económico del encomendero Cristóbal Rodríguez de Ávalos. La planta baja del edificio conventual y la iglesia fueron construidos al mismo tiempo, concluyéndolos en 1560, en cuanto al claustro alto se piensa que fue añadido alrededor de 1580

Los frescos del convento se encuentran en las cuatro paredes y en la bóveda del claustro inferior, en donde podemos observar un diseño compuesto por diversas plantas entrelazadas y fauna silvestre, también se observan pintados en el mismo, follaje, 3 medallones con los símbolos de Jesucristo, María Reina del Cielo y el emblema Agustino, colocados en las cuatro paredes identificando la identidad cristiana.
Impresionantes diseños logrados por manos indígenas

En dichos frescos ha sido posible identificar de la forma más precisa posible la flora y la fauna indígena de la época, veintitrés especimenes nativos, los cuales actualmente crecen dentro de la zona ecológica de Malinalco.

Las plantas nativas representadas, no fueron escogidas al azar ni seleccionadas por decorativas; sólo aquellas plantas que habían tenido importancia cultural dentro de la sociedad se incluyeron; por ejemplo el huacalxochitl, que se usaba medicinalmente para combatir infecciones, pero el mismo tiempo era considerado importante en las ceremonias aztecas, ya que se usaba para engalanar a los héroes militares al mismo tiempo al tlatoani.

La abundancia del conjunto da la impresión de fertilidad y paz.
Las flores olorosas eran muy valoradas por los aztecas, se consideraban un lujo y eran, por eso, uno de los privilegios de las clases dirigentes; el valor del huacalxochitl se relacionaba también con el simbolismo sexual, su poder asociado con la fertilidad continuó siendo reconocido en el periodo colonial por los cazadores, quienes colocaban la flor en sus sombreros para asegurar una cacería abundante.

Algunas de éstas plantas curativas son todavía motivo de investigación como la yolloxochitl, “flor de corazón” ó “ huevito”, está planta aparece dos veces en los frescos del claustro en la pared que da al sur y al oeste, es usada para pasarla y sobarla sobre el cuerpo durante una curación, al igual que los huevos de gallina; la flor molida o bebida en infusión se dice, pude curar enfermedades del corazón y se considera también efectiva contra la infertilidad.


Al penetrar al claustro de Malinalco se tiene la impresión de estar en los “jardines del paraíso”; cabe señalar que hay paralelismos estilísticos entre varios de los detalles de las pinturas de Malinalco y algunos de los recuadros del códice florentino de Sahagún, como ejemplo la figura de la garza con el pescado en las garras localizada en el muro oriente del claustro.

Relacionar los frescos de Malinalco con el Códice Florentino de Sahagún; es encontrar la presencia de varios animales tanto en uno como en otro, tales como conejos, loros, lagartos, el tlacuache y el mono subiendo a un árbol muestra la correspondencia remarcable de los detalles.

viernes, 17 de marzo de 2017

El abecedario de la Catedral de Texcoco

 Uno de los invaluables tesoros que resguarda el municipio de Texcoco de Mora en el Estado de México es sin duda su catedral, cabecera de la diócesis homónima.

En esta ocasión el tesoro del que les voy a hablar no sorprende por la finura de sus materiales o las dimensiones de su fábrica, sino por el incalculable valor que su uso tuvo para el devenir de la Nueva España, y posteriormente para nuestra nación.


Ya desde tiempos prehispánicos se hablaba de que Texcoco (Tetzcuco) era la capital cultural del Anáhuac, se decía que el náhuatl ahí hablado era de tal finura y fluidez que sonaba como agua cayendo por entre piedras. La nobleza mexica estimulaba a sus jóvenes para que aprendieran el arte de la poesía y el correcto hablar con profesores venidos de la entonces lejana Texcoco.




A la llegada de los españoles a nuestro territorio, Texcoco se convirtió  en la cuna de la educación en América; esto es tangible en las columnas de la fachada poniente a la catedral texcocana, en la Capilla de la Inmaculada Concepción, en la Capilla de los indios y por supuesto en la Primera Escuela del Nuevo Mundo.


En la entrada poniente de la Catedral de Texcoco, se hallan dos columnas que contienen una de las primeras herramientas de docencia halladas en el territorio de Nueva España. ¿Puedes adivinar qué es?

Si te fijas con atención verás que entre las guías y las hojas de piedra de las jambas de acceso a la catedral se ven letras, a primera vista podría parecer que es un texto bíblico en latín pero si te fijas con atención verás en una columna las letras B,C,D,E,F...  y en la otra columna verás Q,R,S,T,V,Y...

Se dice que fue el mismo Fray Pedro de Gante, fundador de varias escuelas, quien ordenó tallar esas columnas para familiarizar a los naturales con el alfabeto

Otro ejemplo de docencia franciscana temprana se admira en la llamada "Capilla de Indios", en la fachada pueden verse dos  ángeles, uno con una palma y otro con una azucena, se cree que ésta puede representar la pureza con la que debemos vivir y la palma representa a la Palma del Martirio, queriendo indicar que en esta vida no solo se tiene que gozar, ya que el hombre tiene sus contrariedades y que hay que seguir adelante.






La primera escuela del Nuevo Mundo, data del siglo XVI, ahí se impartía la enseñanza a los Texcocanos de la época de la conquista, enseñándole los valores y la forma indicada de comportamiento a través del lenguaje; ahora sólo está para ser contemplada por los visitantes, pero en realidad hay poco interés en las personas que vienen, ya que son pocos los que se preguntan qué pasó aquí.

Aquí te dejo las dos columnas giradas para que tú mismo puedas encontrar las letras y sentir la curiosidad que debió haber generado en los primeros alumnos de los frailes franciscanos el descubrir entre la ornamentación fitomórfica las letras con las que se escribían ordenanzas, misales, notas y demás.

¿Qué letras puedes alcanzar a reconocer?

¿Ha cambiado mucho el orden del alfabeto en comparación con el actual?

domingo, 12 de marzo de 2017

San Luis Obispo, Huexotla

Todo cambió mucho en México en pocos años durante el siglo XX y ahora es muy dificil imaginar cómo debió haber lucido este hermoso pueblo del Estado de México en tiempo virreinales.



Huexotla quiere decir en lengua náhuatl "lugar de sauces o Ahuejotes", en tiempos prehispánicos este pueblo era una de las ciudades más importantes del reino Acolhuaca, cuya capital era la cercana Texcoco. La riqueza de este pueblo y las constantes amenazas por parte de otras ciudades,como Chalco,  hicieron que sus habitantes se vieran en la necesidad de amurallar su ciudad.

Hoy en día Huexotla es el único ejemplo sobreviviente, al menos en el Valle de México; donde sobrevive una muralla tan extensa y tan bien conservada de tiempos prehispánicos, un detalle que enriquece mi visita a este hermoso lugar.



Luego de haber sido rendidas por el fuego y las armas las ciudades del Anáhuac en 1521, los franciscanos ordenaron destruir el templo de Huexotla y en las bases de su templo principal fundaron el templo de San Luis Obispo en el siglo XVI.

El templo como lo conocemos hoy en día, como en muchísimos de los templos virreinales, es obra de un remozamiento hecho en el siglo XVIII, concretamente en 1721, fecha que ostenta el templo en su fachada.

Su fachada es armoniosa y llama mucho la atención el detalle de la argamasa que la decora, se crearon columnas estípites adosadas con estuco para decorar los cuatro nichos desde donde los cuatro Evangelistas de bulto admiraban antiguamente el lago de Texcoco.



Cuando se entra al templo, lo primero que llama la atención es el retablo de madera dorada en el testero, al fondo de la bóveda de cañón. Intuyo que la estructura del templo no fue ampliamente modificada durante el remozamiento del siglo XVIII puesto que se aprecian las formas y proporciones de los templos del siglo precedente, sin embargo el retablo es a todas luces un obsequio del barroco dieciochesco novohispano dignísimo de admirar. Durante mi visita, dado que ha comenzado el tiempo de Cuaresma, el altar se encontraba cubierto con telas púrpura, como lo dicta la religión, cosa que no me permitió admirar el retablo en todo su esplendor, sin embargo no quedé decepcionado de lo que ví.




El atrio tiene dos niveles, probablemente producto de haber construído el templo en la cima derruída del antiguo templo acolhuaca, y como lo dicta la tradición franciscana en las fundaciones novohispanas, se sembraron varios olivares que afortunadamente hoy en día siguen vivos, mudos ejemplos del deterioro, de las guerras, del abandono y de los cambios que nuestro país ha sufrido.


 

a la derecha se ve un olivo original de tiempos de la fundación franciscana.

 El pueblo es pequeño, luego de conocer su templo, sus murallas prehispánicas y su puente se puede visitar también la zona arqueológica que queda muy cerca o ir a la cercana Texcoco para comer algo en su tradicional mercado.

Este puente es un hermoso ejemplo de arquitectura del siglo XVI, sin embargo la indolencia de las autoridades propiciaron una muy malograda restauración.

San Luis Huexotla, en el Estado de México, aunque es un pueblo muy pequeño, guarda y conserva piezas históricas de sin igual hermosura.



La Capilla de la Tercera Orden franciscana de Texcoco


Habitualmente ignoradas por la gran mayoría de los capitalinos, en el municipio mexiquense de Texoco se encuentra una variedad de ejemplos artísticos virreinales irremplazables y hermosísimos.



El municipio de Texoco contiene ejemplos de la historia de nuestra nación que datan de tiempos antiquísimos: los jardines de Nezahualcóyotl, monasterios del siglo XVI, de los primeros en ser fundados en Nueva España, costumbres y tradiciones centenarias que se denotan en la amabilidad de sus habitantes y en su rica gastronomía y muchísimas cosas más. la diócesis de Texcoco, de cuya historia nos encargaremos posteriormente. Hoy nos ocuparemos de su capilla más hermosa: La capilla de la Tercera Orden.

La Tercera Orden  fue fundada por el mismísimo San Francisco, alrededor de 1221 y está conformada por personas devotas de ambos sexos, que viven en el mundo ( es decir, que no viven recluídos en un convento o monasterio) y que siguen una regla de vida aprobada por el Vaticano.

Se sabe que el inicio de la reconstrucción de la capilla data de 1725, aunque no hay mención alguna de su terminación.

La fachada principal consta de dos cuerpos y un remate semicircular. El primer cuerpo conserva el arco lobulado de la portada del siglo XVI, decorado con flores de lis labradas en la piedra, en la clave se encuentra la efigie de un obispo, quizá San Luis de Tolosa, miembro de la Tercera Orden Franciscan 

Fachada principal de la capilla

 Al entrar a la capilla inmediatamente se admira el retablo mayor dedicado a la Virgen de Guadalupe, una obra maravillosa de madera dorada que data de mediados del siglo XVIII, aunque pienso originalmente no era la Guadalupana la que ocupaba el nicho principal del retablo


Se admira a ambos lados de la bóveda de cañón la ausencia de retablos laterales, quizás nunca los hubo o quizás fueron sustraídos en cualquiera de todas las guerras que sufrió nuestro país en el siglo XIX y en la Guerra Cristera; en su lugar se admiran pinturas murales hermosísimas que facilmente nos permiten apreciar con facilidad la habilidad del pintor que probablemente era un indígena bajo las órdenes de un monje franciscano.

Las hermosas pinturas murales, frutas acomodadas como que fueran cortinajes de seda brocada.


Afortunadamente, en Septiembre de 2003 esta capilla junto con varias más de la diócesis de Texoco entraron  en un proceso de restauración para consolidarlas y preservarlas del deterioro.

La catedral de Texcoco y su capilla de la Tercera Orden, un destino ineludible en su viaje al Estado de México.

jueves, 2 de marzo de 2017

El autómata que maravilló al siglo XVIII



El museo Bowes en Inglaterra es casa de una increíble pieza de arte producido por las manos de la Inglaterra del siglo XVIII un cisne de tamaño real, animado a través de una serie de mecanismos de relojería que ha arrebatado el aliento a multitudes desde su creación en 1773.
Construido por los relojeros londinenses John Joseph Merlin y James Cox, el cisne de plata es un autómata que simula los movimientos de un cisne real nadando en un  arroyo. Cuando se le da cuerda  comienza a sonar música mientras el cisne mueve su cabeza de un lado a otro como acicalándose, de pronto, parece que percibe un pez de plata nadando entre las tiras de vidrio tallado  que representan la superficie del agua. Agacha su cuello para atrapar uno, y finalmente regresa a su posición original una vez que su función con duración de 32 segundos termina.
Fue en el museo de mecánica de Merlin cuando en 1774 el cisne atrajo la atención de las multitudes; 90 años después causó revuelo en la Feria Internacional de París en 1864 donde fue puesto en exhibición por un joyero llamado Harry Emanuel. Fue ahí donde John Bowes y su esposa Joséphine Chevalier lo vieron por primera vez. Lo adquirieron por £200 en 1872.
Mark Twain también quedó maravillado por el cisne mientras estaba en exhibición en París, describiendo la maravillosa visión en su libro de viaje "The Innocents Abroad":
"Admiré el cisne de plata cuyos graciosos movimientos parecían tener vida y sus ojos parecían tener la inteligencia de un ser vivo. Lo ví nadar de una manera tan holgada y despreocupada como que hubiera nacido en un pantano en lugar de una joyería. Lo miré atrapar un pez de plata del agua y levantar su cabeza mientras realizaba la acostumbrada serie de movimientos propios para tragarlo"

En un Acta del Parlamento del Reino Unido de 1773 el autómata fue descrito con una altura de 5.48m. Se cree que probablemente una cascada estaba originalmente colocada detrás del cisne y que muy probablemente fue robada mientras estaba en exbihición. En 2008, el cisne fue sometido a una meticulosa restauración dirigida por el especialista Matthew Read y Ken Robinson. Sus investigaciónes sugieren que es posible que el cisne tuviera todavía más cualidades ahora olvidadas tales como decoraciones de peces o flores que alguna vez flotaron sobre el arroyo.

Les dejamos el enlace de un vídeo donde se admira la pieza en movimiento.


El cisne de plata generalmente puede ser visto en el Museo Bowes en el Castillo Barnard donde se le pone en funcionamiento una vez al día para preservar sus mecanismos internos, sin embargo por primera vez en más de 150 años regresará a Londres como parte de la Muestra de Robots en el Museo de Ciencia del 8 de Febrero al 23 de Marzo del 2017. Posteriormente será devuelto al Castillo Barnard a tiempo para la celebración de los 125 años del museo en Junio del mismo año.

miércoles, 1 de marzo de 2017

El Balcón de la Virreina


Durante 51 años un balcón de madera de amplias proporciones decoró la fachada principal del Palacio Virreinal, curiosamente este recurso arquitectónico era bastante popular en el sureño Virreinato del Perú y en México ese era un caso excepcional. 

Lamentablemente este balcón vio su último día durante el Motín del Hambre de 1692 pues fue el objeto del odio de los indígenas reunidos en la plaza y a pedradas lo destruyeron.



Detalle del Biombo de la Conquista, una pieza anónima del siglo XVII donde se aprecia el balcón casia la altura de la catedral.

Fue construido en 1641 por orden del virrey don Diego López, quien llegara a la Nueva España en compañía del célebre Obispo de Puebla Juan de Palafox y Mendoza. Era el saliente del salón donde se reunían las damas y caballeros de la corte virreinal y asomaba a la Plaza Mayor. 

De estilo morisco, era un balcón cerrado de estructura volada, con tejas hechas de lámina de plomo y con celosías. 


Detalle del Biombo de Diego Correa donde se aprecian la catedral a la izquierda, el palacio real al centro y el balcón


Este singular espacio arquitectónico fue instalado al costado este de la fachada, muy cerca de la campana y reloj centrales. Era uno de esos balcones moriscos llamados “de cajón”, parecido a los construidos en la ciudad de Lima, Perú, en los siglos XVI y XVII.


Ejemplo de balcón de madera en la ciudad de Lima 
Como aquéllos, éste era de estructura cerrada y con celosías, a modo de alcoba volada con tejas hechas de láminas de plomo, lo que en arquitectura mudéjar se llama zaquizamí y plomada. Tallado en madera, el balcón se  apoyaba sobre un piso adornado con tres escudos y volutas vegetales. Al conjunto lo completaba una balaustrada formada con figuras de niños atlantes esculpidos en madera dorada o en bronce y continuada por un conjunto de cariátides del mismo material en la parte alta. Según una descripción hecha por Isidro de Sariñana en 1666, el balcón tenía aproximadamente una longitud de doce varas (9.96 m) y una altura de casi dos (1.66 m). Las medidas sugieren cierta desproporción, pero no dejan duda de su gran tamaño.




No es difícil imaginar que a través de las celosías de madera del balcón de zaquizamí, la virreina y sus damas se asomaban a la Plaza Mayor para ver, sin ser vistas.

Es probable que la misma Juana de Asbaje, quien era dama de corte de la virreina doña Leonor Carreto, marquesa de Mancera, contemplara desde allí el pasar de los días antes de tomar el hábito con el nombre de Juana Inés de la Cruz. 



En 1692 un motín de indígenas provocado por la escasez  de granos hizo arder el edificio. Ocurrió por la tarde del domingo 8 de junio de 1692, cuando cerca de 10 mil personas se rebelaron provocando la destrucción e incendio parcial de edificios como el palacio virreinal y el del ayuntamiento, de los comercios establecidos, saqueos de tiendas, y la posterior ejecución de presuntos culpables.

 El escritor y científico Carlos de Sigüenza y Góngora fue testigo de los hechos y recuerda:

Comenzó uno [un indio] con grandes voces a decir contra el Señor Virrey las más atrevidas desvergüenzas y execraciones que jamás se oyeron y sacando una piedra del seno la tiró al balcón grande del Palacio. Como los compañeros no aguardaban otra cosa sino ésta para romper el candado, alzando el grito con desvergüenzas mayores y desembrazando piedras contra aquel balcón perteneciente al cuarto de la Señora Virreina, en brevísimo rato lo destrozaron […].

Fuente: http://www.historia.palacionacional.info/visita-informativa/virreinato-principios/espacios/61-el-balcon-de-la-virreina.html