martes, 8 de agosto de 2017

El corazón del Virrey

Del 2003 al 2005 el templo de Corpus Christi, ubicado en Av. Juárez, frente a la Alameda de la ciudad de México pasó por un proceso de restauración a conciencia dado que había sido abandonado debido al ruinoso estado en el que quedó después de los terremotos de 1985.

Aspecto del templo cuando fue estrenado.

Durante este proceso, en el presbiterio, del lado izquierdo mirando hacia donde estuvo el altar, se encontró una arqueta de plata cuyo contenido sorprendió no solo por la naturaleza de su contenido sino por la interesante historia que indudablemente había detrás.

Detrás de esta placa se encontró la arqueta de plata.
La arqueta al ser abierta reveló una víscera disecada: un corazón, para ser más específicos, el del virrey Baltasar de Zúñiga y Guzmán, Marqués de Valera.

Nuestro personaje arribó a Veracruz en 1716 y fue el primer virrey soltero que estos reinos tuvieron, sin embargo la edad no le permitía ser un "Don Juan" con las señoritas de la corte puesto que nuestro virrey contaba ya los 58 años.

Durante su gobierno, el Marqués de Valera colonizó y afianzó los establecimientos en Texas, hizo alianzas con los indígenas de la Florida y repelió las invasiones francesas al territorio de Penzacola y de la isla Española.



El seminario se clausuró en 1935 y esta imagen tan venerada fue trasladada a la Catedral. Desde entonces, miles de visitantes sienten curiosidad y admiración por esta escultura.

Hay varias leyendas en torno a esta pieza que hoy preside el Altar del Perdón, aquí te cuento las tres más habituales:

Su gobierno también se vio marcado por un gran aprecio a los indígenas que constituían mucho más del 80 por ciento de la población. Una de las obras que le debemos a este gran hombre es la construcción del el primer convento con acceso a mujeres indígenas, pero no a las llamadas “indias comunes”, sino a las hijas de caciques ya educadas en la lengua castellana y en habilidades como coser, tocar algún instrumento, cantar, y que además debían poseer una dote. Dado que la leyenda no es enemiga del amor y tiende a revestir de este sentimiendo muchas historias, ha llegado hasta nuestros días una historia harto conmovedora.

Se dice que el virrey, siendo un hombre muy devoto asistía con regularidad a misa en la Catedral de la ciudad, a pesar de sus ya muchos años el amor le flechó con un ardor que no pudo ignorar, sin embargo al poco tiempo se enteró de que aquella que era el ardiente objeto de sus pasiones, abrazaría el claustro dentro de poco.
El virrey Don Baltasar en sus años mozos.
Esta hermosa doncella tomaría el nombre de Sor Marcela del Divino Amor y profesaría en el convento de Santa Isabel (donde hoy está Bellas Artes)  y se dice que el virrey al saberse derrotado por la fuerza de la fe y la devoción de Sor Marcela y siendo él mismo un hombre muy piadoso, decidió mandar a construir un convento que honrase a las mujeres nobles de las naciones indias de la Nueva España; mandó a construir el Convento del Cuerpo de Cristo para Indias Cacicas.

El arquitecto, cuyo arte ya nos había dado la Basílica de Guadalupe y el Palacio de la Inquisición, es decir, Don Pedro de Arrieta; fue encomendado a la tarea de edificar el convento, obra que tardaría ocho meses en concluirse.

Finalmente nuestro virrey tuvo que partir nuevamente a Madrid a rendir cuentas de su gobierno a su Magestad. Lamentablemente, ya en la metrópoli, enfermó de gravedad y murió al poco tiempo, sin embargo en su testamento especificó su deseo de que su corazón fuese enviado a la Nueva España y sepultado en el Presbiterio de aquel convento que con tanto amor mandó a edificar.


Se dice (no lo aseguro pues no la he visto ) que por fuera, la arqueta reza en latín "donde esté tu corazón estará tu tesoro" no se sabe si se habrá querido referir a su obra más pía o a Sor Marcela del Divino Amor, aquella quien apesar de haber amado nunca pudo ni siquiera besar.

Aspecto del interior del hoy desnudo templo en la época
que ocupa a nuestra historia

Ubicación exacta de la placa detrás de la cual se encontró la
preciosa arqueta con su romántico contenido.



2 comentarios:

  1. Maravillosa historia, este corazón me recuerda al que se ubica en el coro del ex-convento de Sta. Mónica en Puebla (hoy Museo de Arte Religioso), aunque en ese caso se trata del de un obispo, no de un virrey. ¡Muchas gracias por la publicación!

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