domingo, 12 de marzo de 2017

La Capilla de la Tercera Orden franciscana de Texcoco


Habitualmente ignoradas por la gran mayoría de los capitalinos, en el municipio mexiquense de Texoco se encuentra una variedad de ejemplos artísticos virreinales irremplazables y hermosísimos.



El municipio de Texoco contiene ejemplos de la historia de nuestra nación que datan de tiempos antiquísimos: los jardines de Nezahualcóyotl, monasterios del siglo XVI, de los primeros en ser fundados en Nueva España, costumbres y tradiciones centenarias que se denotan en la amabilidad de sus habitantes y en su rica gastronomía y muchísimas cosas más. la diócesis de Texcoco, de cuya historia nos encargaremos posteriormente. Hoy nos ocuparemos de su capilla más hermosa: La capilla de la Tercera Orden.

La Tercera Orden  fue fundada por el mismísimo San Francisco, alrededor de 1221 y está conformada por personas devotas de ambos sexos, que viven en el mundo ( es decir, que no viven recluídos en un convento o monasterio) y que siguen una regla de vida aprobada por el Vaticano.

Se sabe que el inicio de la reconstrucción de la capilla data de 1725, aunque no hay mención alguna de su terminación.

La fachada principal consta de dos cuerpos y un remate semicircular. El primer cuerpo conserva el arco lobulado de la portada del siglo XVI, decorado con flores de lis labradas en la piedra, en la clave se encuentra la efigie de un obispo, quizá San Luis de Tolosa, miembro de la Tercera Orden Franciscan 

Fachada principal de la capilla

 Al entrar a la capilla inmediatamente se admira el retablo mayor dedicado a la Virgen de Guadalupe, una obra maravillosa de madera dorada que data de mediados del siglo XVIII, aunque pienso originalmente no era la Guadalupana la que ocupaba el nicho principal del retablo


Se admira a ambos lados de la bóveda de cañón la ausencia de retablos laterales, quizás nunca los hubo o quizás fueron sustraídos en cualquiera de todas las guerras que sufrió nuestro país en el siglo XIX y en la Guerra Cristera; en su lugar se admiran pinturas murales hermosísimas que facilmente nos permiten apreciar con facilidad la habilidad del pintor que probablemente era un indígena bajo las órdenes de un monje franciscano.

Las hermosas pinturas murales, frutas acomodadas como que fueran cortinajes de seda brocada.


Afortunadamente, en Septiembre de 2003 esta capilla junto con varias más de la diócesis de Texoco entraron  en un proceso de restauración para consolidarlas y preservarlas del deterioro.

La catedral de Texcoco y su capilla de la Tercera Orden, un destino ineludible en su viaje al Estado de México.

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